jueves, 3 de noviembre de 2011

La vida es una cosa caduca

La gente tiende a valorizar más las cosas no perecederas frente a las poco duraderas. Así, cuando uno compra ropa, un aparato electrónico o una lapicera a precio económico, lo primero que pregunta el capitalista retorcido es: ¿pero decís que dura? La gente que inventa cosas intenta prolongar su vida a través de sus creaciones, lo que se llama transgredir. Así algunos autores intentan explicar la primacía del espíritu creador del hombre por el de la mujer, la cual transgrede a través de los hijos; pero no voy a entrar en detalles tan minuciosos. Me quedo con el hecho de que la vida es perecedera.

Otras personas prefieren dar mayor valor a las cosas buenas, sin contar cuanto duren. Obviamente es el típico chamuyo para cogerte a esa ex, con la que estuviste menos tiempo, cuando te la cruzas en un boliche medio en pedo; true story. Hay una frase que reafirma esta manera de pensar: «lo bueno dura poco». Así duró la Unión Soviética… De aquí desprendo el siguiente razonamiento: si «lo bueno dura poco», ¿conviene pensar en las utopías como perfecciones de muy corta duración? Sin duda alguna, esa frase encierra al ser humano en el abismo de la no esperanza.

Igual no hay que desesperarse porque ese razonamiento encierra muchos errores lógicos, por ejemplo las causas por las que algo no puede durar. Un caso hipotético: todos sabemos que inventar un motor ecológico a base de los gases que hay en la mierda sería perfecto, pero también sabemos que si eso pasa nos vuelan la cabeza los hijos de puta que curran con el petróleo. ¿Cuántas muertes serán necesarias para que el motor a mierda entre en el mercado? No sé, pero espero que ese día llegue pronto porque será un verdadero placer cargar combustible (hauehauehaueahue). Probablemente tu invento revolucionario tenga una vida miserablemente corta y poco difundida. Tras decir esto vuelvo a la pregunta del párrafo anterior y me quiero matar. Por eso voy a hablar del país de menor duración en la historia, del que estoy muy orgulloso: La isla de las rosas (eo. Insulo de la Rozoj). Fue una isla artificial en Italia que declaró la independencia en 1968, creó sello y papel moneda propios e instauró el esperanto como lengua oficial. Ahí se construyeron una disco, un resto y una oficina de correos para vivir y unos meses más tarde la bajó el ejército italiano a bombazos por evasión de impuestos xD Lo corto sí puede ser extremadamente genial, tal como dice la frase~


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