La vida es un concepto, y como todo concepto, necesita de una convención social; ésta, sólo es posible con la presencia de un "otro" con quien fundamentarla. Este es el meollo de la cuestión.
La belleza no existiría sino hubiera alguien que la contemplara y tampoco sin una convención previa preestablecida respecto a lo que es bello y lo que no lo es.
No nos bastamos a nosotros mismos, dependemos irremediablemente de un "otro" que valide nuestra existencia.
En la película "El Naufrago", se ve claramente esta dependencia. El personaje interpretado por Tom Hanks, simboliza en una pelota (Wilson) a ese otro que le da sentido a su existencia.
Este vínculo vital con los demás (en especial con aquellos con los que nos une el afecto) nos permite crecer. El intercambio de ideas con otras personas hace que reformulemos nuestras propias ideas y construyamos nuevas hipótesis.
Claro está, que la comunicación no es suficiente para entendernos, porque el libre albedrío de la comunicación es infinito.
De todas maneras vale la pena intentarlo, porque es con aquellos otros, con quienes acordamos romper o no con estas estructuras impuestas. Es con aquellos otros, con quienes aprendemos a urgar dentro de nos-otros mismos. Es con aquellos otros, con quienes vamos a cambiar al mundo.
Pao Trinidad.
Nota de redaccion: Nota escrita por una amiga que conoci en mi viaje a Brasil
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