Para quienes preguntaron por qué; pues efectivamente lo es. La vida es un sustantivo común, abstracto y contable; si hablamos de los jueguitos de Mario pues en realidad vida es una sola: LA VIDA. Esta respuesta lingüística sepulta definitivamente la base de toda la metafísica desarrollada por los filósofos de todos los tiempos que, entre estados del alma y expulsiones del Edén, siempre nos dieron respuestas equivalentes a la nómina "ESO" (La vida es -eso-). ¿No es más fácil reducirlo al lenguaje lógico V>S?
Ahora que sabemos la naturaleza de la palabra vida, analizaremos su estructura. A diferencia de un nombre propio, como Jack Nicholson, la vida requiere un determinante que le de el caracter de referencialidad. ¿Qué es? Todos viven su vida en busca de aquel determinante, eso es un hecho; pero nadie sabe que es y si en la lengua hay uno para cada ocasión, en la vida hay hasta para las ocasiones que no deseamos, porque el libre albedrío es una utopia y como tal, inalcanzable.
La vida, aquella vida, vuestra vida, amor, carrera, dinero. Todos buscamos nuestro determinante, muchas veces en horóscopos o consultando a los brujos de 18 y Yaguarón. La pregunta es: ¿alcanzaremos, al igual que Jack Nicholson, nuestra plenitud y autoreferencialidad? La respuesta es NO, Jack Nicholson es único en el mundo.
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